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Los opuestos se atraen - cap. 19

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-De acuerdo, hagan lo que quieran, yo me voy a mi habitación- Se despidió el vampiro alejándose de las dos mujeres
- Bien Fi, tenemos mucho de qué hablar, así que vamos- Finalizo Marceline, arrastrando a Fionna hacia su habitación, cerrando la puerta detrás de ellas.

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-Así que, supongo que aparecí en un mal momento ¿No?- Pregunto la vampiresa con una gran sonrisa en su rostro
-No sé a qué te refieres- Contesto Fionna riendo nerviosamente, fijando su vista hacia otro lado
-Oh, vamos Fi, no me digas que no estaban haciendo “eso”- Contesto Marceline al mismo tiempo en el que se sentaba en el borde de su cama, de piernas cruzadas

Fionna solamente se sonrojo y bajo su cabeza en dirección hacia el suelo, provocando que aquella vampiresa se riera

-De acuerdo, dejare de preguntarte, ya que por lo visto, no eres una experta en estos temas- Contesto guiñándole un ojo, acto seguido, se levantó y comenzó a abrir y cerrar sus cajones, en busca de algo
-Ah ¿Y tú sí?- Pregunto enfadada, provocando que la mujer que se encontraba delante de ella, de espaldas, se diese vuelta y le sonriera arqueando una ceja –De acuerdo, tampoco quiero saberlo- Se retractó la muchacha rubia sonrojándose nuevamente
-¿Qué estás buscando?- Pregunto la ex-cazadora tratando de cambiar de tema
-Ropa para ti, no vas a quedarte con esos harapos de Marshall- Rio Marceline
-No son harapos, a mí me gustan, al igual que su olor- Susurro la muchacha encogiéndose de hombros tratando de esquivar la mirada de Marceline
-Pff… De acuerdo, pero de todas formas te los cambiaras, aunque te guste su olor- Volvió a reír provocando que la supuesta humana se enfade, pero a la vez, soltase una leve sonrisa
-Ten- Extendió Marceline a los brazos de Fionna, una musculosa básica de color negro, que hacia juego con un short de una tela fina, del mismo color oscuro que la básica

Fionna lo tomo, y se dirigió hacia el baño, donde se cambió y luego volvió a la habitación de su amiga, quien se encontraba acostada, de cabeza, con el pijama ya puesto. Fionna se acercó a ella y Marceline le señalo un colchón que se encontraba extendido y armado en el suelo, la muchacha se sentó en el mismo y comenzó a charlar con la vampiresa.

-Así que… ¿Los demás saben que estas aquí?- Pregunto Marceline luego de un incómodo momento de silencio entre ambas
-No- susurro Fionna cabizbaja
-Mmm… ¿Así que te escapaste? Fi, nunca me imaginé eso viniendo de ti…- Bromeaba Marceline mientras ella continuaba cabizbaja
-Oye, no tienes por qué sentirte mal por eso, solo tienes que…-
-No me escape, me echaron- Interrumpió la rubia secamente, fijando sus ojos azules en los ojos color rojo de la vampiresa, a quien se le había borrado la sonrisa al momento en el que oyó eso
-¿Qué?-Pregunto casi en susurro
-Lo que oíste, Elizabeth fue quien me expulso, y Sheik había desaparecido, así que no me quedo de otra que irme-

Hubo un momento de silencio entre ambas muchachas, quienes se miraban sin articular ningún movimiento o palabra, Fionna sin ninguna expresión en su rostro, y Marceline totalmente atónita.

-¡Voy a asesinar a esa vieja!- Grito Marceline levantándose de su cama mientras se dirigía hacia la ventana
-¿A dónde vas?- Pregunto Fionna levantándose al mismo tiempo en el que lo hacia la vampiresa
-Ya te dije, a asesinar a esa maldita- Contesto mientras abría la ventana, y se colocaba en posición para saltar de ella
-¿Qué? ¡No! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Quédate aquí!- Gritaba Fionna mientras sostenía un brazo de la chica de cabellera negra tratando de que esta no saliese volando por la ventana
-¡¿Por qué debería de hacerlo?!- Pregunto gritando dirigiendo su vista hacia la muchacha
-¡Porque si vas seguramente te asesinaran! ¡Ese lugar está repleto de cazadores! ¿Recuerdas? ¡Y todos están bajo las ordenes de Elizabeth!-

Marceline se paró en seco, en ese momento quería dirigirse hacia la asociación y golpear a aquella mujer, pero también sabía que Fionna tenía razón, ambas se miraron tristemente y Marceline retrocedió.

-Lo lamento- Susurro Marceline sentada en su cama fijando su vista hacia otro lado, inflando sus cachetes, ya que ella era alguien muy difícil de manipular y demasiado orgullosa como para soltar un simple “lo lamento”
-No tienes por qué hacerlo- Contesto Fionna sentándose nuevamente en el colchón que la vampiresa le había proporcionado, dedicándole una tierna sonrisa
-De acuerdo, será mejor que descansemos, ya es un poco tarde, y supongo que estarás cansada-
-Sí, lo estoy, un poco- Contesto Fionna acomodándose en la cama y acurrucándose entre las frazadas

Ambas se dedicaron un “Buenas noches” y cerraron sus ojos para poder descansar, sin antes de que Marceline haya oído una leve toz por parte de la rubia.

~
Marceline comenzaba a despertarse, por unos pequeños ruidos que provenían de a menos de dos pasos de su cama, abrió sus ojos y se volteó hacia donde se encontraba durmiendo Fionna, la observo y se dio cuenta de que estaba temblando y comenzaba a toser demasiado, toco su frente y se dio cuenta de que estaba ardiendo.
Se levantó de su cama rápidamente para poder ir a buscar a Marshall, quien se encontraba descansando en su habitación.

-¡Marshall despierta!- Grito Marceline abriendo fuertemente la puerta, logrando que Marshall caiga de su cama
-¡¿Pero qué…?! ¡Marceline! ¡¿Qué quieres?!- Contestaba el vampiro irritadamente, en el suelo tratando de levantarse
-¡No me grites a mí!-
-¡Entonces tu deja de gritarme! ¿Qué haces en mi habitación?- Pregunto el muchacho pelinegro de brazos cruzados
-Vine a buscarte porque creo que Fi tiene fiebre-
-¿Qué?- Pregunto Marshall, al momento en el que abandono su habitación de manera instantánea dirigiéndose a la habitación de su prima

Al momento en el que llego a la habitación, diviso un gran bulto debajo de unas sábanas, por encima de un colchón que se hallaba en el suelo, cerca de la cama de Marceline, se acercó a este, y fue destapando aquel bulto lentamente, hasta encontrarse con una Fionna, temblando, toco su frente y noto que la misma estaba ardiendo, la tomo en brazos y la llevo hacia la gran cama de su prima, la recostó allí y la tapo con las frazadas.
Para cuando Marceline llego, se encontró con la tierna escena en la que Marshall estaba sentado en el borde de la cama acariciando el rostro de la muchacha rubia y corriendo unos pequeños mechones del mismo, mientras ella, dormía plácidamente.

-¿Cómo está?- Pregunto la vampiresa un poco preocupada, acercándose lentamente a la pareja
-Tiene algo de fiebre, pero necesito el termómetro ¿Puedes buscarlo por mí?- Pregunto Marshall sin desviar su vista del bello rostro durmiente de la rubia
-Claro, ya vuelvo- Finalizo Marceline saliendo de la habitación

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-¿Por qué tardaste?- Pregunto el vampiro enojado
-No es mi culpa, no lo encontraba- Se quejó la vampiresa extendiendo el termómetro hacia su primo

Marshall tomo el termómetro y se lo coloco en la boca a la muchacha, se volteó hacia su prima y vio como esta se colocaba una capa de color morado y salía de la habitación

-¿A dónde vas?- Pregunto el vampiro
-Voy a buscar unas medicinas para Fi en la ciudad, también voy a avisarles a Finn y a los demás que ella está aquí- Contesto al mismo tiempo en que se colocaba la capucha de la capa
-¿Ellos no saben que está aquí?-
-¿No lo sabias?-
-¿Saber qué?-
-A ella la expulsaron de la asociación Rose-Black-
-¿Qué?-Pregunto el vampiro de manera incrédula
-Lo que oíste, Elizabeth lo hizo, y como Sheik había desaparecido no le quedo de otra que irse-
-Te acompaño- Contesto el muchacho poniéndose de pie, apretando sus puños con fuerza
-¿Para qué?-
-¡Para asesinar a esa bastarda con mis propia garras! ¡Para eso!- Grito el vampiro, sus ojos se habían vuelto de color negro sus colmillos se habían hecho más grandes y afilados
-Ummm…- Oyeron un quejido proveniente de la rubia que se encontraba acurrucada entre las sabanas
-¡Marshall cállate!- Gritaba en susurro la vampiresa
-¡Me callare! ¡Pero voy contigo!- Continuaba susurrando el vampiro, queriendo gritar, aunque tratando de no hacerlo
-¡No! ¡No vas a dejar a Fi sola! ¡Voy a irme yo sola y tú te quedas aquí!-
-¡Pero…!-
-¡Pero nada! Alguien debe cuidarla y ese alguien eres tu-
-Tsk… De acuerdo, no iré-
-Bien, y por cierto, ni se te ocurra hacerle nada a Fi mientras no estoy ¿Entendiste?-
-¿Por qué me dices eso?- Pregunto el vampiro
-Leí en algún lugar que los humanos normalmente deliran cuando tienen fiebre, y además si Fionna está enferma no podrá defenderse a lo que intentes hacer, así que no te aproveches de la situación y la cuidas como alguien normal ¿Entendido?- Amenazo la muchacha de cabellera negra
-Entendí- Contesto el vampiro cruzándose de brazos
-De acuerdo, me voy, voy a intentar no tardar demasiado, así que no le hagas nada, adiós- Se despidió la vampiresa cerrando la puerta detrás de ella
-Adiós, primita, oh y no te prometo nada- Sonrió el vampiro pícaramente mientras se dirigía hacia donde se hallaba descansando su conejita

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-Tsk… Justamente hoy tenía que haber muchos humanos en la ciudad- Se quejaba Marceline tratando de cubrir su rostro lo más que podía mientras daba disimulados y largos pasos entre la muchedumbre que caminaban apurados por las calles

La vampiresa choco su hombro contra algún humano accidentalmente mientras caminaba, tratando de que este no la viera soltó un leve “Lo lamento” e intento continuar su caminata, pero sintió como alguien la tomo de la muñeca

-Oye, no tienes por qué lamentarlo, tienes una voz muy angelical y supongo que debes de ser alguien muy hermosa ¿Qué te parece si vamos a tomar algo?- Pregunto la voz de un muchacho completamente desconocida para la vampiresa
-Lo lamento, pero no tengo tiempo ahora- Contestaba sin levantar la vista tratando de zafarse del agarre del chico
-Vamos, linda, es solo por un rato, podríamos llegar a conocernos bien- Continuaba insistiendo
-No voy a irme a ninguna parte contigo, estoy ocupada- Contesto la vampiresa ya perdiendo la paciencia
-Vamos, será divertido, hermosa- Finalizo el chico volteando a Marceline, quitándole la capucha, dejando ver su rostro

Aquel chico se aterrorizo al notar que aquella muchacha con la que estaba hablando y tratando de conquistar, era nada más ni nada menos que una vampiro, sus piel era de color blanco azulado, sus ojos eran de un color rojo escarlata que lograban hipnotizarte, de sus labios, sobresalían dos pequeños colmillos, y podía notarse las marcas de una mordida en su cuello, aunque para suerte de Marceline, ese día estaba completamente nublado por la tormenta del día anterior, asa que cuando el muchacho le quito la capucha, no había ningún rayo de sol que la quemase.

-¡V-V-Vampiro!- Grito aquel chico soltando rápidamente de Marceline y alejándose de ella
-Mierda- Maldijo la vampiresa colocándose la capucha nuevamente, alejándose rápidamente de aquella ciudad
-¿Dónde está el vampiro?- Pregunto un cazador hacia el chico que había gritado
-P-Por allá- Señalo nerviosamente hacia unos arboles
-Gracias- Agradeció el cazador dirigiéndose hacia donde el chico había señalado

Aquel cazador revelo el par de kusarigamas que el utilizaba como arma al mismo tiempo en el que se dirigía corriendo lo más rápido que podía. Llego hasta un pequeño descampado donde no había ninguna señal de vida, solamente el movimiento de los árboles y hojas moviéndose, se mantuvo quieto, acortando su respiración, tratando de no producir ningún sonido, comenzó a desviar su vista hacia todos los lugares posibles en busca de su víctima, oyó a un pequeño arbusto moverse y de un movimiento rápido lanzo las cadenas de su kusarigama hacia aquel lugar proveniente del sonido y sintió como algo tensaba las cadenas, las estiro con fuerza hacia el intentando que las mismas se envuelven alrededor de lo que sea que haya capturado y oyó un fuerte y estrepitoso grito femenino. Por un momento se asustó, pero no soltó el agarre de su arma, se acercó rápidamente hacia ese lugar y noto como las cadenas envolvían el cuerpo de una mujer sentada cabizbaja en el pasto, llevaba puesto una gran capa de color morado y una capucha que impedía ver su rostro o si quiera su cabello, corrió la capucha y vio que el cabello de su víctima era completamente largo, sedoso, y de color azul oscuro, la mujer levanto su vista, algo adolorida por las quemaduras de las cadenas del arma del cazador y pronuncio levemente “¿Finn?”.
El muchacho de cabellera rubia abrió sus ojos como platos y rápidamente desenvolvió las cadenas que aprisionaban a la vampiresa, se agacho y quedo cara a cara con ella.

-Marcy, yo… lo lamento tanto- Se disculpaba el chico tomándose la cabeza con su mano izquierda-Si sabía que eras tú no hubiese hecho…-
-Está bien, osito polar, no fue tu culpa- Contesto sonriendo tiernamente aquella vampiresa, pasando su mano por una de las mejillas del cazador
-Pff… Supongo que esta vez puedo dejar pasar el “osito polar”- Rio Finn tomando la mano que Marceline había pasado por su mejilla
-Si lo estas dejando pasar por lo que me acabaste de hacer, eso no será suficiente- Contesto la muchacha soltando una gran sonrisa
-¿Y qué quieres que ha…?- Pregunto Finn antes de ser interrumpido por los labios de la vampiresa que se habían unido con los suyos

Al principio el muchacho se sorprendió, pero luego comenzó a envolver sus brazos alrededor de la cintura de la vampiresa atrayéndola más hacia a él, la chica se abrazó al cuello del chico con total ternura, ambos continuaban sentados en el pasto de aquel pequeño descampado, entre los arbustos donde Finn había capturado a Marceline accidentalmente, correspondiendo aquel apasionado beso, donde sus lenguas danzaban al son de una pieza imaginaria, ellos, solos en su mundo.
Al separarse por la falta de aire del humano, Marceline miro a Finn a sus ojos, a aquellos ojos color azul zafiro que le encantaban y le sonrió

-Eso, quería que hagas- Contesto para luego besar nuevamente en sus labios al cazador, sin darle tiempo de que conteste

La pareja había continuado aquellos besos juguetones, seguido de pequeñas charlas divertidas, volviendo a los besos nuevamente, había pasado toda la tarde de esa manera, siguiendo ese recorrido como un círculo: Besos, charlas, y nuevamente, besos; En aquel mismo lugar en el que se encontraban, el pequeño descampado, donde ahora comenzaba a correr un viento frio.
Se levantaron de pasto donde se encontraban sentados y comenzaron a caminar lentamente tomados de la mano, mientras charlaban, hasta llegar a la ciudad nuevamente.
Cuando llegaron allí, no había nadie, todos habían ingresado nuevamente a sus casas ya que a nadie le gustaría estar en aquella noche fría.
Marceline aprovecho eso para quitarse su capucha, ya que eso la incomodaba un poco.

-Y…. Marcy-
-¿Qué sucede Finn?- Pregunto la vampiresa, aun tomando la mano del cazador
-¿Para qué habías venido a la ciudad? Es peligroso para una vampiresa como tú-
-¿Cómo yo? ¿Cómo soy yo?- Pregunto la muchacha sonriendo mientras jugaba con la capa del chico que estaba junto a ella
-Pues… eres hermosa- Contesto Besándola tiernamente- Simpática, inteligente, sexy- Volvió a besarla de la misma manera que la primera- Y lo más importante de todo… Eres mía- Finalizo el chico rubio besándola nuevamente, atrayéndola hacia a él.
-No sabía que yo fuera tuya- Agrego la vampiresa cuando se habían separado de manera divertida
-Pues ahora lo sabes, aunque…-
-¿Qué sucede?-
-Sigues sin contestarme lo que te había preguntado- Rio Finn
-¡Oh! ¡Es cierto!- Grito Marceline apartándose de Finn dirigiendo su vista hacia todos lados
-Cálmate Marcy ¿Qué sucede?- Pregunto el chico rubio un poco asustado
-¡Agh! ¡Lo olvide por completo! ¡Necesitaba buscar unas medicinas para Fionna!-
-¿Qué? ¿Fionna está contigo?- Pregunto Finn totalmente sorprendido
-Sí, y amaneció con fiebre, así que vine a la ciudad a buscar unos medicamentos para ella, pero lo olvide por completo por haberme quedado contigo- Se quejaba la vampiresa tomándose su cabeza con ambas manos
-¿La dejaste sola?-
-No, la había dejado con Marshall-
-¡Eso es peor que dejarla sola!- Se quejó el muchacho
-¡Lo sé! Pero no iba a dejarla sola, por favor, Finn, ayúdame a conseguir unos medicamentos para la fiebre-
-De acuerdo Marcy, por aquí hay una farmacia cerca, solo ponte la capucha para que no te vean, vamos- Finalizo Finn tomando la mano de la vampiresa dirigiéndose hacia una farmacia que se hallaba en una esquina de la ciudad

Cuando habían ya comprado los medicamentos necesarios, ambos salieron de la pequeña farmacia, y continuaron caminando.

-Bien, debo irme Finn- Decía Marceline revisando la pequeña bolsa que tenía en sus manos que le había proporcionado el dueño de la farmacia
-¿No quieres que te acompañe?- Pregunto el muchacho rubio
-Por favor- Suplico la vampiresa

Ambos rieron y se dirigieron rápidamente hacia la casa del vampiro donde descansaba la muchacha rubia a cuidados del rey vampiro.
Al llegar, Marceline le tendió la bolsa a Finn para que la tome y saco una llave de uno de los bolsillos de su capa, abrió la puerta, y se dirigió junto con Finn, con cuidado de no hacer ningún ruido por si Fionna se encontraba descansando, para no despertarla, o para atrapar a Marshall en lo que sea que estuviese haciendo en aquel momento.

-Marsh, ya volví con los medicamen…- Marceline se paró en seco al ver la escena con la que se había encontrado delante de sus ojos

Marshall estaba acostado en la cama de la vampiresa, sin camisa y Fionna estaba encima de él abrazada a su pecho desnudo con una sonrisa en su rostro durmiente.

-N-No es lo que parece Marcy- Contesto el vampiro riendo nerviosamente
-Marcy, ¿Qué sucede ahí aden…?- Pregunto Finn, quien se había detenido al ingresar a la habitación, viendo la misma escena que Marceline estaba observando

-¡¿Qué diablos estabas haciendo Marshall Lee Abadeer?!- Gritaron ambos al unísono totalmente irritados, y Marshall, queriendo esconderse en algún agujero que encuentre.
Espero que les haya gustado!!x33
Aasdsa Como que me gusto mas escribir esas escenas Finnceline x33 Pobre Marcy, Finn casi la mata(? oknoxD
Ah y a Fi le dio fiebre por haber estado el dia anterior bajo la lluvia :iconeweplz:
jsndkjd Si quieren saber que fue lo que hizo Marshall mientras Marcy los habia dejado solos van a tener que esperar hasta el proximo capitulo x'D
Y digamos que Marceline cuida a Fi como si fuese su hermana menor, al igual que Finn lo hace, por eso al final ambos le gritaron a Marshall con ganas de querer sacarle los ojos por como estaban los dos acostados x'DD pobre:B

Muchisimas gracias a todos los que leen mi fic, lo agregan a favoritos y en especial a los que lo leen! x33 me alegra muchisimo eso :'D los loveo con todo mi jart! les dejo un beso enorme y cuidense! :iconbaibaiplz:

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© 2013 - 2024 ChocolatWhite
Comments163
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rainbowdelcaos's avatar
Jajajajja la última parte estuvo graciosa
-Marsh, ya volví con los medicamen…- Marceline se paró en seco al ver la escena con la que se había encontrado delante de sus ojos

Marshall estaba acostado en la cama de la vampiresa, sin camisa y Fionna estaba encima de él abrazada a su pecho desnudo con una sonrisa en su rostro durmiente.

-N-No es lo que parece Marcy- Contesto el vampiro riendo nerviosamente
-Marcy, ¿Qué sucede ahí aden…?- Pregunto Finn, quien se había detenido al ingresar a la habitación, viendo la misma escena que Marceline estaba observando

-¡¿Qué diablos estabas haciendo Marshall Lee Abadeer?!- Gritaron ambos al unísono totalmente irritados, y Marshall, queriendo esconderse en algún agujero que encuentre.
jajajajaja que bueno aber que se inventa marshall para no morir literal mente