Los opuestos se atraen - cap 24

El vampiro se recostó junto a ella, aun abrazándola, pensando "¿Quién es esta chica?" ¿Por qué su rostro se me es tan familiar?" "¿Por qué me es tan difícil el soltarla?" "¿Por qué me da dolores de cabeza el tratar de recordarla? “Y miles de preguntas más "Solamente consigo algún vago recuerdo borroso de ella, o de nosotros" Pensó por último, antes de cerrar sus ojos hasta quedarse dormido junto a la muchacha que tal vez recordase o no.

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En ese momento aquel vampiro comenzó a sentir sus parpados pesados, empezaba a sentirse cansado, últimamente no había dormido bien, así que se quedó dormido junto a la muchacha rubia, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de esta, entrelazando sus dedos con los de ella, como lo había hecho hace unos segundos cuando la chica lo retuvo para que no la dejase sola.
Fionna se despertaba lentamente, abría sus parpados, no habría pasado mucho tiempo desde que se quedó dormida, pero si pasaron unas horas. Sintió como algo frio pero a la vez cálido y reconfortante para ella envolvía su cintura, fijo su vista hacia atrás y se encontró al vampiro, Marshall Lee, durmiendo junto a ella, al momento se sonrojo rápidamente y casi pego un salto, lo cual hizo que Marshall se despertase. Ambos se habían quedado observándose el uno al otro durante unos segundos hasta que Marshall reacciono y se apartó de ella rápidamente.

-Lo lamento, no fue mi intención- Comenzó Marshall tomando la parte de atrás de la nuca con su mano derecha apartando su vista hacia otro lado
-No te preocupes, está bien- Contesto Fionna, mirando hacia otro lado al igual que el muchacho, sin ninguna expresión en su rostro
-¿Estas mejor?- Pregunto el chico sentándose nuevamente en el borde de la camilla
-Sí, estoy mejor que ayer, gracias por cuidarme-
-No es nada, si no te necesitara no lo hubiese hecho, así que no te emociones-
-¿Necesitarme?- Pregunto la chica cambiando la sonrisa que se le había formado en una expresión de duda y tristeza
-Tienes información sobre Hunson Abadeer que yo necesito, si no la tuvieras, para empezar, no hubiese dejado que entres aquí-
-Ah, debí suponerlo- Contesto Fríamente mientras trataba de levantarse, pero al momento sintió un mareo y un dolor de cabeza insoportable
-¡Hey! ¿Estas bien?- Pregunto Marshall con una expresión de preocupación sosteniendo los hombros de la chica con ambas manos
-No actúes preocupadamente cuando en realidad no lo estas, guarda esa expresión falsa para otro momento- Contesto Fionna apartando las manos de Marshall de sus hombros, fulminándolo con la mirada, algo en ella había hecho un “clic”, Marshall no la recordaba, y por si fuera poco la trataba como una cualquiera, eso la molestaba
-No estoy mostrando una expresión falsa, es una sincera, pero si tanto te molesta que te toque entonces lo dejare de hacer-
-No me molesta que me toques, me molesta que no me recuerdes-
-¿Recordarte de dónde? Nunca en toda mi vida te había conocido-
-¡Claro que sí! ¡Pero no sé qué mierda te ocurrió que ahora no lo haces!- Grito Fionna, ya desesperada, levantándose de la camilla
-¡Ya para con eso! ¡No te conozco!- Grito Marshall, ya desesperado y cansado por las mismas respuestas de la chica dándose vuelta tratando de alejarse
-¿Siquiera cuando te volteas puedes reconocer mi rostro? Tú solías amarme, solías abrazarme, pero veo que no estamos en ese caso- Confeso Fionna con una mirada perdida
-No, no puedo reconocerte, y no digas esas estupideces-
-¡No son estupideces!- Volvió a gritar Fionna sintiendo un nudo en la garganta porque Marshall haya tratado aquellos recuerdo como “estupideces”
-¡¿Entonces qué son?! ¿Delirios?-
-¡No son delirios! ¡Son recuerdos!-
-¡Recuerdos de algo que nunca ocurrió!-

En ese momento se escuchó como la puerta de la enfermería se abría, y entraba una persona, había entrado Sofi, al ingresar llena de felicidad por venir a visitar a Fionna se encontró con una escena en la que Marshall y Fionna se gritaban mutuamente, y entre aquellos gritos, podía escucharse la voz quebradiza de Fionna, aunque su rostro y expresiones aún se mostraban firmes y sin ningún rastro de tristeza o depresión, solamente ira, al parecer, no quería perder en aquella pelea.

-Oigan chicos ¿Qué sucede porque se están gritando?- Pregunto la muchacha sin recibir ninguna respuesta por parte de ambos, aún continuaban gritándose, prácticamente la habían ignorado
-¡Hey! ¿Van a contestarme o no?- Pregunto nuevamente recibiendo el mismo resultado

La muchacha se molestó por el hecho de que la hayan ignorado, más aún porque se estaban gritando,  y porque en cualquier momento Fionna se rompería en llanto, se lo notaba por el tono de su voz, aunque al parecer Marshall no se daba cuenta de aquello.
Decidió acercarse rápidamente a ambos y tomo a Fionna por los hombros, abrazándola y de un movimiento rápido, la separo de Marshall sin que ninguno de los dos pudiese darse cuenta.

-¡Marshall! ¡¿Que mierda te pasa?! ¿Por qué le gritas de esa manera a Fi? ¿No te das cuenta de que está enferma? Ella no merece que la trates así, y mucho menos en el estado de salud en el que se encuentra en este momento- Comenzó a gritar Sofi hacia Marshall, mientras se iba calmando de a poco, aun manteniendo aquella mirada fulminadora
-Ella comenzó a gritarme, no yo- Trato de defenderse el muchacho cruzándose de brazos
-Pareces un niño defendiéndote de esa manera, además, no importa quien haya comenzado, lo que me molesta es que le hayas gritado-
-No era mi intención gritarle, lo que sucede es que me desesperó-
-Bien, te conozco y sé que no tienes nada de paciencia y que eres un testarudo orgulloso, así que no te voy a pedir que le pidas perdón, solo te pediré que no lo vuelvas a hacer-

-Sofi ¿Puedo volver a la habitación que me prestaron? Quiero cambiarme de ropa- Interrumpió Fionna con una mirada llena de tristeza y cabizbaja
-Oh, claro Fi, vamos- Contesto Sofi gentilmente dándose la vuelta saliendo de la enfermería, sin antes darle una advertencia a Marshall con los ojos

Fionna la siguió por detrás, pero antes de salir de la enfermería oyó como Marshall había dicho de una manera casi como susurrando-Veo que ya puedes levantarte-
La muchacha se detuvo durante unos momentos de pie, de espaldas al vampiro, sin voltearse ni contestar en ningún momento, luego de unos segundos prosiguió con su camino, dejando a Marshall solo en aquella habitación.

Fionna continúo caminando detrás de Sofi cada vez más y más lento, hasta que llegó un momento en el que se detuvo, la muchacha de cabellera castaña se dio cuenta y se volteó, encontrando con Fionna, sentada en medio del pasillo abrazándose a sus rodillas. La chica sintió una gran tristeza de ver aquella escena, así que se acercó a ella para tratar de consolarla y levantarla del suelo

-Oye, Fi ¿Te encuentras bien?-
-No- Contesto Fionna con la voz quebradiza, sin levantar la cabeza
-Hey, levanta la cabeza, no mires hacia abajo- Sugirió la chica, logrando que la rubia levante su vista y pueda ver sus ojos, aquellos ojos azules que ahora se encontraban rojos y húmedos
-No llores Fi, que me dan ganas de llorar a mí también- Rio un poco la chica, sin conseguir nada por parte de Fionna-¿Por qué lloras?- Volvió a preguntar
-Por el idiota de Marshall-
-¿Marshall? ¿Y él por qué?- Pregunto ladeando su cabeza, de manera sorprendida y dudosa
-Vamos a la habitación, ahí te explicare todo-

Ambas muchachas continuaron caminando por los pasillos, aunque lentamente, debido al mal estado de Fionna, aunque por el camino Sofía sugirió a la chica rubia que vaya a ducharse primero, ya que desde que llego no tuvo tiempo de hacerlo.
Fionna se dirigió pesadamente hacia los baños, guiada por su compañera, al llegar allí, Sofi le dejo un poco de ropa para que pueda cambiarse y decidió esperar ahí hasta que saliese. Cuando Fionna salió, se encontraba vestida con un short blanco, una blusa celeste y unas converse blancas, ato su cabello en una coleta y se dirigieron hacia la habitación de la rubia, se sentaron en la pequeña cama que le habían proporcionado y comenzaron a charlar, Fionna le había contado lo que había ocurrido desde el día en el que ocurrió todo, hasta en el que se encontraban. Al principio Sofía no le creyó, pero debido a la mirada deprimente y sincera de Fionna, decidió creerle, o al menos suponer que lo estaba haciendo.

-¿Entonces Marshall y tú eran pareja?- Pregunto Sofi curiosa, solamente para terminar de aclarar el asunto
-Sí, algo así, no estoy muy segura que éramos, pero digamos que si-
-¿Y ahora?-
-Si no me recuerda significa que ya no lo somos más, es como que terminamos sin nunca haberlo dicho-
-Y para aclarar ¿Que era exactamente él para ti?-
-Él... Aggh... Era todo lo que yo quería, sin él, todos los recuerdos felices que están tan cercanos a mí, simplemente... desaparecen-
-Se nota que lo amabas, demasiado-
-Sí, mucho, pero al parecer, me equivoque al entregarle un corazón que vale la pena romper- Finalizo Fionna escondiendo su cabeza en su pecho, abrazándose a sus rodillas nuevamente-
-¡Fionna! ¡No digas esas cosas! mira...se lo que se siente que alguien te rompa el corazón, y es horrible, pero tú eres una mujer muy fuerte, hermosa y decidida de seguro vas a poder conquistarlo otra vez, no te preocupes por eso, además, si ya se enamoró de ti una vez ¿Por qué no lo haría dos veces?- Reconforto la muchacha sonriendo sinceramente a la chica rubia, a quien se le había iluminado los ojos por las palabras de su nueva amiga
-Gracias Sofi, de verdad- Agradeció Fionna, sonriendo de la misma manera que su compañera, secándose las pequeñas lagrimas que habían corrido por sus mejillas que se hallaban húmedas en aquel instante
-No es nada Fi, lo importante ahora es que sonrías y actúes decididamente, sin bajar la cabeza, empieza desde cero con Marsh, así veras que se enamorara nuevamente de ti, te lo garantizo-
-Tienes razón, en realidad, no gano nada llorando, solamente me hago ver como una niñita que cree que derramando sus lágrimas se arreglara todo como si nada-
-¡Esa es la actitud! Ahora vayamos a buscar a Marshall para que puedas pedirle perdón y esta vez empezar con el pie derecho ¿Si?- Pregunto Sofi levantándose rápida y alegremente extendiendo su mano hacia Fionna, para que esta pueda tomarla

Fionna asintió con una sonrisa pegada en su rostro y agarro con fuerza la mano que su compañera le había extendido, se levantó y se acercaron a la puerta, al abrirla, se encontraron a Marshall frente a ellas, del otro lado de la puerta.

-¡Marshall! ¡Que sorpresa!- Grito Sofi nerviosamente frente al vampiro que la observaba indiferentemente
-¿Oíste algo de lo que estuvimos hablando?- Pregunto Fionna tímidamente
-No lo hice, acabo de pasar por aquí ¿Por qué? ¿Era algo importante?-
-No, nada importante, cosas…. De chicas- Contesto Sofi rápidamente con la misma sonrisa nerviosa de hace unos momentos
-Sí, nada importante- Prosiguió Fionna cabizbaja
-Bien, entonces, me voy- Se despidió Marshall alejándose de ambas muchachas

Fionna, aun con la vista hacia al suelo mientras el chico se iba, sintió como alguien le empujaba suavemente el hombro, levanto la vista, y vio cómo su amiga le hacía señas para que vaya detrás de Marshall para que puedan hablar. Al principio se negó, entonces Sofi, molesta, la tomo rápidamente y la empujo hacia Marshall antes de que este pudieras irse, como su amiga la había empujado, Fionna choco contra la espalda del joven vampiro, cayendo accidentalmente al suelo, sentada.
Marshall se percató de aquello y se volteó rápidamente, encontrándose con una Fionna sentada en el suelo con un rostro doloroso.

-¿Estas bien?- Pregunto el vampiro agachándose para poder quedar cara a cara con la chica
-Sí, estoy bien, disculpa por haberte empujado accidentalmente-
-No te preocupes, culpa de eso caíste al suelo y al parecer te lastimaste, supongo que de alguna manera estamos a mano- Contesto el vampiro con una sonrisa en su rostro haciendo soltar una pequeña risa por parte de Fionna
-Sí, eso creo-
-Ven, te ayudo a levantarte- Sugirió Marshall tomando la mano derecha de Fionna, levantándola del suelo
-Gracias- Agradeció la rubia luego de levantarse, y soltando la mano del vampiro
-No es nada-
-Oh, y por cierto-
-¿Si?-
-Creo que empezamos con el pie izquierdo- Comento Fionna tomando su nuca con su mano derecha mientras se reía
-Pff… Supongo que si- Rio el vampiro
-¿Qué te parece si empezamos de nuevo? Mi nombre es Fionna Ward, ex cazadora de la ex asociación Rose-Black- Se presentó la muchacha extendiendo su mano izquierda cordialmente
-De acuerdo, Fionna, Mi nombre es Marshall Lee Abadeer, Rey Vampiro, Líder del grupo de resistencia contra los súbditos de Hunson Abadeer- Contesto estrechando su mano derecha junto con el de la chica rubia
-Bien, Marshall, lamento que cuando nos “conocimos” te haya gritado, y fuese lo único que me la haya pasada haciendo-
-No te preocupes, seguramente te habrás equivocado de persona-
-No, no lo hice, estoy muy segura de que eres tú, pero eso no tiene relevancia ahora, sé que algún día me recordaras, así que haré todo lo que me sea posible, que este a mi alcance, para que puedas hacerlo-
-Supongo que no te rendirás nunca con eso, así que, tratare de recordarte, y tú ayúdame a hacerlo- Rio el vampiro soltando la mano de la chica
- Dalo por hecho, te ayudare en eso, y te acordaras de mí, estoy muy segura-
-Bien, entonces ambos nos esforzaremos, así que ¿Por qué no nos vamos con los demás? Tienes que presentarte ante todos si planeas quedarte aquí-
-De acuerdo, vamos- Sonrió Fionna alegremente adelantándose hacia adelante junto con su amiga que los estaba espiando desde lejos
-Vamos- Finalizo el vampiro siguiendo a la muchacha rubia que corría alegremente por delante de él

Aquellas tres personas comenzaron a caminar por los pasillos, Sofi y Fionna charlando divertidamente adelante, y Marshall siguiendo a ambas muchachas con mucha tranquilidad por detrás.
Se detuvieron en la primera sala, donde Fionna había ingresado cuando llegó, en aquella sala, se encontraban la mayoría de los que Vivian en el fuerte, algunos recargaban armas y otros preparaban mochilas.

-¡Oigan todos!- Grito Marshall, seguido de un gran silbido que llamo la atención de todos-Es momento de presentar a la muchacha que llego hace ya bastantes horas, su nombre es Fionna Ward, pertenecerá a nuestro grupo, al menos por un tiempo-
-Hola a todos- Saludo Fionna un poco nerviosa
-Hola Fionna, espero que te adaptes rápidamente a nosotros- Contesto gentilmente un muchacho de cabellera castaña y ojos verdes, unos ojos que la chica rubia siempre había conocido, que siempre estuvieron para ella, los ojos de su mejor amigo Aaron
-G-Gracias, tratare de hacerlo rápidamente- Agradeció Fionna sonriendo de una manera un tanto alegre pero a la vez falsa, quería correr y abrazar a su mejor amigo, pero no quería que ocurriese lo mismo que paso con Marshall, así que decidió que solamente guardaría silencio, y fingiría que nunca lo conoció
-¿Y bien? ¿Aún no volvieron?- Pregunto Marshall hacia todo el grupo
-¿Quiénes?- Pregunto Fionna ladeando su cabeza curiosamente
-Algunos humanos y casi la mayoría de los vampiros que salieron a buscar provisiones-
-¿Humanos y vampiros?-
-Si, como al parecer no estas enterada de nada, los del grupo de resistencia nos encargamos de tirar abajo al “reinado”, por así decirlo, de Hunson Abadeer,  en este grupo convivimos humanos y vampiros, realizamos una especie de tregua entre nosotros, ya que todos tenemos el mismo propósito, asesinar a Hunson, todo esto empezó hace seis meses, así que fundamos esto hace unos cinco meses, de vez en cuando turnamos diferentes grupos de humanos y vampiros para que busquen provisiones necesarias para que podamos vivir, y como los dahakas están sueltos por toda la ciudad y pueden asesinarnos cuando apenas nos ven, seleccionamos a mas vampiros que humanos, ya que somos más resistentes y puedan ayudar a los humanos a pelear-
-Oh, ya entendí-
-Y también tenemos dos mascotas, son un Bakeneko y un HellHound, están encargados de salir en todas las búsquedas, ya que pueden transformarse en enormes criaturas místicas y peligrosas, además de que si alguno resulta gravemente pueden llevarlo rápidamente en sus lomos sin ningún problema- Agrego Sofía, apareciendo al lado de Fionna, continuando con parte de la explicación que Marshall no había dicho
-Un bakeneko y un HellHound- Susurro Fionna para sí misma con una sonrisa como diciendo que toda su preocupación se había ido con solo escuchar eso
-¿Mmm? ¿Dijiste algo Fi?- Pregunto Sofi
-No, nada- Contesto rápidamente la muchacha de cabellera rubia

Cuando habían terminado de charlar, se oyó como la puerta que conducía a la entrada se abría, todos fijaron su vista rápidamente en ella y se colocaron en posición de ataque.

-¡Oigan todos! ¡Volvimos!- Grito irrumpiendo el silencio una joven vampiresa, su cabello le llegaba hasta el muslo, era de color negro azulado,  estaba vestida con ropa militar, al igual que la mayoría, y traía consigo una gran bolsa de comida
-Marceline, ya te dije que dejes de entrar de esa manera, un día de estos vamos a lastimarte accidentalmente- Se quejó Marshall acercándose a la vampiresa quien lo miraba haciendo pucheros
-No es mi culpa, quiero animar de vez en cuando todo este silencio de muertos-
-Como digas, tonta- Finalizo Marshall con un gran suspiro dándole la espalda a su prima
-No me des la espalda, idiota- Se quejó la vampiresa colocándose enfrente de Marshall nuevamente, fijo su vista en Fionna, sorprendida, y prosiguió-¿Quién es ella?-
-Es una nueva, su nombre es Fionna Ward, acabo de llegar hace ya unas horas-
-Un gusto Fionna, mi nombre es Marceline Abadeer, soy prima de este idiota que está aquí parado- Bromeo Marceline abrazando al vampiro que se encontraba al lado de ella
-¿A quién llamas idiota? Idiota-
-¿Otra vez abusando de tu primo Marcy?- Pregunto un chico con una voz completamente conocida para Fionna, quien comenzaba a ingresar al fuerte, su cabello era rubio y sus ojos de un azul zafiro, al igual que los de ella
-Sí, todo el tiempo- Contesto Marceline acercándose al muchacho que acababa de ingresar allí, recibiéndolo con una gran beso, entrelazando sus brazos alrededor del cuello del humano
-Vayan a demostrar en un lugar más privado- Se quejaba Marshall alejándose de la pareja
-¿Y por qué te molesta tanto?- Pregunto el chico de cabellera rubia de manera desafiante
-Te repito que te estas metiendo con mi hermana, eso me molesta tanto, enano-Contesto el vampiro acercándose al chico que estaba frente a él, ambos, sonriendo sínicamente
-Ya, Finn, deja en paz a Marshall, mejor saluda a la nueva- Interrumpió Marceline señalando a Fionna, quien se encontraba como espectadora de la pequeña pelea
-¿Qué nueva?- Pregunto Finn antes de voltearse y encontrarse con Fionna delante suyo-Oh, disculpa, no te vi- Se disculpó el muchacho sobándose su nuca con una sonrisa nerviosa-Mi nombre es Finn Murtons, un Gusto-
-No te preocupes por eso, Finn, mi nombre es Fionna Ward, lo mismo digo- Contesto la chica con una sonrisa en su rostro, completamente falsa, sentía un nudo en su garganta por el hecho de que luego que hayan pasado seis meses, según Marshall, tenga que ver a las personas que más amo como completos desconocidos, pero solamente se limitó a estrechar su mano con la de él y enterrar cualquier sentimiento de tristeza y de pena en su interior

-Bien ¿Qué les parece a todos si le damos un entrenamiento a la nueva?- Pregunto Sofía con una gran sonrisa en su rostro
-¿Qué me enseñaran?- Pregunto Fionna tímidamente
-Te enseñaron algunas tácticas de batalla, de defensa y algunas lecciones para que puedas esconderte por si te encuentras acorralada por un dahaka-
-Oh, muchas gracias- Agradeció enormemente Fionna hacia su amiga
-No es nada, así que vayamos afuera, allí será un poco más cómodo- Sugirió Sofi haciendo que todos salgan fuera del fuerte junto con Fionna, y ella quedándose adentro con Marshall
-¿Vienes Marshall?- Pregunto volteándose hacia el vampiro
-Si, en un momento voy, adelántate- Contesto Marshall volviendo a los pasillos de las habitaciones
-¡De acuerdo! ¡No tardes!- Grito Sofi alegremente saliendo del fuerte junto con todos los demás

Marshall comenzó a caminar por los pasillos sin ningún aire de ánimo en él, al pasar por enfrente de la habitación de Fionna se detuvo y la observo durante unos minutos. Comenzó a recordar todo lo que habían hablado las muchachas en aquella habitación mientras las escuchaba desde afuera hace unos momentos.
“¿Entonces Marshall y tú eran pareja?” aquella pregunta, aquellas palabras retumbaban en la cabeza del chico una y otra vez.
“¿Oíste algo de lo que estuvimos hablando?“

-Claro que sí, lo escuche todo, hablas demasiado fuerte, tonta- Comento Marshall para sí mismo, observando la habitación de Fionna, con una expresión de melancolía

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-Veo que no pudo funcionar en ti- Comenzó a hablar un hombre, que se encontraba dentro de un calabozo, hablando con alguien más, tomando las mejillas de este otro hombre con gran fuerza
-Eso sucede porque no te fijas en lo que haces ni en si funcionan todas las mierdas repugnantes que haces, Hunson- Contesto el hombre de mayor edad, quien se encontraba con las muñecas esposadas en la pared de concreto
-Cierra la boca, ya lo hice una vez, así que puedo hacerlo una y otra y otra vez, asegurándome hasta que funcione perfectamente, y te olvides de aquella niña y todos los recuerdos que tengas con ella-

En ese momento Hunson comenzó a gargajear una pequeña criatura del interior de él, haciendo que aquella criatura de aspecto parecido al de un murciélago desproporcionado se dirija hacia la nuca del prisionero, mordiéndolo en aquel lugar, provocando un grito desgarrador proveniente de aquel hombre. El lugar donde aquel “pequeño murciélago” había mordido al hombre se había vuelto de color violeta y podía verse como desde las marcas de la pequeña mordida aparecía una pequeña línea de un tono azulado que se dirigía hacia la parte trasera del cerebro del hombre.  
Al momento en que aquello ocurrió, el esposado termino por “desmayarse”, segundos después, abrió sus ojos nuevamente y los fijo hacia Hunson Abadeer.

-¿Recuerdas el nombre “Fionna Ward”?- Pregunto Hunson tomando la frente del hombre observándolo con una mirada repleta de odio
-¿Fionna…..Ward? No…. ¿Dónde estoy?- Pregunto aquel hombre de una manera moribunda
-Eso ahora no tiene importancia, por lo visto no puedes recordar mucho- Contesto Hunson desposando al hombre que tenía encarcelado, este se levantó y continuo observando a Hunson
-Puedes retirarte- Contesto abriéndole paso al hombre que acababa de “perder la memoria”, nuevamente
-No puedo confiar en alguien tan inteligente y fuerte como tú, te mantendré vigilado, Sheik-



-¿Nunca lo entenderás? Esas mierdas tuyas nunca funcionaran conmigo Hunson, tal vez con los demás sí, pero no conmigo- Se susurraba Sheik para sí mismo sobándose su nuca por el dolor, alejándose de los calabozos-Supongo que esta vez tendré que tener más cuidado- Aquel hombro soltó un gran suspiro y prosiguió- Espero que hayas encontrado el lugar que te marque en el mapa, Fi-